jueves, 14 de junio de 2012

El primer frente de batalla castrista: La mentira compulsiva y controlada

 ¿Hasta cuándo va a estar mintiendo públicamente este miserable?
Hace un año, Reynaldo Taladrid, el plumífero, gusano y vocero de cuanta mentira sea necesario decir en la Mesa Redonda y en Cubadebate, escribió que el ex pelotero castrista habanero Lázaro Vargas le había comentado, en 1992, que durante las Olimpíadas de Barcelona varios clubes de Grandes Ligas le habían propuesto 8 millones de dólares por firmar…
Hay un detalle, este tipo de “informaciones” de Internet se dirigen a un público que lo puede creer, porque es castrista de comunidad o extranjero que ni entiende ni le interesa el asunto.
El castrista de comunidad es tan huérfano de historia cubana como el que queda en Cuba, castrista o no, porque no le interesa recuperar la identidad rescatando el patrimonio histórico en provecho propio; pero, como que esto es una guerra ideológica y debemos ganarla los que tenemos la razón, porque la verdad nos respalda, para quien no sea “entendido” en asuntos de boxeo y pelota cubana voy a explicar algo: Taladrid puede decirle lo que quiera a un público que no sabe, tal vez algunos no puedan ripostarle por miedo o porque no tienen el medio de expresión, pero yo sí los tengo y conozco del asunto como para hacerlo quedar como lo que es, otro engendro mentiroso de la tiranía, al que cagan cada vez que le permiten ese tipo de comentarios personales que pone en boca de otros, porque estoy casi seguro de que no es de Vargas.
Lo que Taladrid no conocía cuando inventó lo de las ofertas al pelotero de Industriales: que al jugador que más le pagaban en Grandes Ligas era a Canseco con 5 millones anuales, los que superó Rubén Sierra por un millón a principios de 1992 y que ningún agente libre, ni del draft colegial ni firmado fuera de Estados Unidos, recibía medio millón aún, entonces ¿Cómo se va a aparecer con 8 millones por firmar a Lázaro Vargas? Bueno, dentro de a quienes dirige su monserga pudiera creerle quizás el 90 %, no lo dudo, pero, como que es mentira de arriba abajo, lo que sí demostró fue una verdadera falta de respeto por quienes sepan y lo lean y un alto concepto del desprecio hacia sí mismo, sacrificio que hace en pro de la tiranía como buena víbora cobarde que es.
Con la muerte en La Habana de Teófilo Stevenson se apareció con otra “podrida”: Andrei Chervonenko y Alcides Sagarra tenían un plan para liquidar a Mohamed Alí, quien, según Chícharo, solo tenía velocidad, comparativamente hablando, para la hipotética pelea contra el oriental.
La información, que según el plumífero era un secreto de altos kilates para un gran momento, se la hizo el hermano de Diógenes en la mansión robada que le regaló el tirano moribundo al boxeador en el reparto Náutico, durante la celebración de un cumpleaños del pugilista con este presente.
Según dijo Taladrid que le confesó Sagarra, le iban a colgar una fábrica metalúrgica de plomo en cada brazo a Stevenson para que se moviera en el training, una vez en el ring, ¡Figúrate como sería la velocidad del símbolo castrista!
No voy a hablar del aspecto técnico, de por qué Stevenson no le hubiera podido ganar a Alí, una vez que un completo americano que no llegó a la esquina, que falleció el año pasado, Greg Page, en el estilo del Más Grande, lo ridiculizó y le quitaron la pelea (lo mismo hizo contra Angel Milián), ahora, como lo que me interesa es desenmascarar a este farsante, voy a decir un par de cosas: Andrei Chervonenko trabajó con Stevenson hasta 1972, todavía Don King no tenía el poder que logró después como promotor y de Bob Arum ni se hablaba, de la pelea entre Stevenson y Alí se comentó después que el americano, sin ser ni la sombra de quien era, fue invitado a la Unión Soviética y dio una exhibición de cinco peleas, de tres rounds cada una, con cinco pesos completos locales, entre ellos Piotr Zaev, uno de los que Stevenson derroto en Moscú-80, cuando ya Don King era el peso pesado del boxeo mundial.
En 1972 no se habló de un pleito entre Alí y Stevenson, nadie cuerdo lo podía sugerir, porque no hubiera generado ningún interés, que el público capitalista no es el castrocomunista, que se dispara lo que sea, como dicen los defensores de la tiranía, gratis, ni estaba Jimmy Carter como presidente nefasto de este país.
La otra falacia alrededor de Stevenson, si en 1972 no había PPV ni promotores con billetes para botar, ¿Quién puede creer que le ofrecieron el millón que no cambió por “el amor de 8 millones de cubanos” (menos el mío)? Mejor que hubieran dicho lo que siempre cada vez que les conviene, que fue la CIA y sin ninguna trascendencia deportiva por medio.

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