martes, 5 de junio de 2012

El tipo viró tres años un mes después…

Winky Wright no es boxeador de television ya
Winky Wright era tan bueno que lo evitaban, muchos promotores preferían desconocerlo sin arriesgarse a darle el dinero, la televisión y la oportunidad titular, ningún jefe de establo lo tenía en planes, por lo que, como un nómada de la circunstancia, viajó medio mundo para darle cumplimiento al compromiso que lograba, sin importarle si era en Africa, en Suramérica, en Europa que en Euroasia.
Un “cute boxer” o pugilista de estilo bonito, de guardia cerrada arriba y riposta eminente, contribuyó a enterrar la leyenda de Tito Trinidad y, con Vernon Forrest por otro carril, apearon a Shane Mosley del pedestal de lo mejor libra por libra en su momento.
La gran victoria de Paul Williams, que lo acreditó para que comenzaran a hilvanarse renglones exageradamente con él, fue posible porque casi destruye a Winky Right, así de importante era pelear con este púgil y ganarle.
Después de perder con Williams en el 2009, con 37 años cumplidos y casi todo el mundo analizando la perspectiva de que su pérdida de calidad la acentuaba la edad, la disyuntiva del retiro por las pocas o ninguna opción de nuevos pleitos de interés decente y mejor dinero, le sumieron en un mutis prolongado muy parecido al adios definitivo no anunciado, sin embargo, porque el billete hace falta y esta gente solo saben boxear, pues firmó para enfrentar a Peter Quillin el sábado pasado en California con el resultado de una derrota por decision a diez rounds.
Un peleador que ha sido campeon mundial de brillo decidió arriesgar el prestigio y un poco de su salud (paso a paso estos caprichos peligrosos cuestan muchísimo después) olvidando que la edad erosiona menos que la inactividad, pero, si se combinan ambas… y son 40 años. Joe Louis enfrentó a Marciano con 37 y hay que oír cómo desprestigian al ítalo-americano por la paliza que se llevó el Bombardero Carmelita.
Winky tiene el derecho de pelear, como muchos otros que vagan por ahí, eso también sucedió antes, la diferencia es que no ocurría con la frecuencia de hoy cuando, peleadores liquidados casi, que cualquiera sabe que no van a brindar un buen espectáculo desde que se comienza a hablar de la posibilidad del pleito, se presentan como estelaristas compartidos a través de la television Premium Cable o del PPV y con bolsas mucho más que generosas que deberían ser para “pobres de solemnidad”.
Ni con Robinson ni con Willie Pep ni con muchos otros pudieron hacerlo, porque el público de antes no se dejaba robar tan fácil y… sin crisis económica.

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